¿CUÁL ES LA INTENCIÓN DE UNA BALA DE PLOMO?: «MAELSTRÖM 2001» (JUAN POLLIO, 2022)

por Mercedes Orden

Puede parecer extraño, pero ahora, cuando estábamos sumidos en las fauces del abismo, me sentí más tranquilo que cuando veníamos acercándonos a él. Decidido a abrigar ya ninguna esperanza, me libré de una buena parte del terror que al principio me había privado de mis fuerzas.

Edgar Allan Poe, «Un descenso al Maëlstrom»

I.

¿Con qué destino se arroja una bala? ¿A qué altura del cuerpo? ¿Cómo se elige el blanco? ¿Quién levanta el arma? ¿Quién dice: «Fuego»?

II.

El cuento de Edgar Allan Poe «Un descenso al Maëlstrom» inspira a Rodolfo «Willy» Pregliasco, físico forense, en la construcción de un panóptico de materiales audiovisuales y fotográficos de distintas procedencias -canales de televisión, canal 4 de la policía- con el fin de comprobar de manera científica el modo en que fueron asesinadas cinco personas en el centro de la Ciudad de Buenos Aires el 20 de diciembre de 2001. De ese peritaje surgieron los materiales que llevaron a juicio a parte de los responsables de la represión policial.
El documental Maelström 2001 (2022), dirigido por Juan Pollio, se apoya en el trabajo de Willy, en su atención puesta en los detalles de un copioso material de archivo con el fin de explicar la manera en que se desarrollaron los acontecimientos en medio de una jornada de estallido social al grito de «El pueblo unido jamás será vencido». Atendiendo la dirección de la luz, la inclinación de las sombras, la presencia de un reloj, el físico se pregunta acerca de lo disponible que habita en cada imagen y logra sincronizar los materiales para que en su diálogo expliquen lo que los culpables callaron. En orden cronológico comprende los hechos: desde el operativo policial de la mañana que intentaba impedir el acceso del pueblo a Plaza de Mayo para manifestarse en oposición a las medidas gubernamentales, hasta los asesinatos causados por balas de plomo. Junto a interrogantes que surgen acerca de la altura en la que estaban ubicadas las armas de fuego de la policía y en la dirección que disparaban mientras todas las cámaras de todos los canales apuntaban hacia otro lado (la manipulación de las armas custodiada por la manipulación de los medios).

III.

El documental llega hasta los testimonios de familiares de Gastón Riva, Diego Lamagna, Carlos Almirón, Gustavo Benedetto, Alberto Márquez para conocer no solo cómo eran las vidas de las víctimas -vemos sus fotos, sus objetos, sus hogares-, sino también el motivo que motorizó su presencia en medio de la multitud del 20 de diciembre. Los cinco asesinados no solo coincidieron en el espacio geográfico y en los causales de sus muertes -«proyectil de arma de fuego», como se repite una y otra vez en la morgue judicial- sino en un descontento social compartido.

Como escribe Chantal Mouffe en El poder de los afectos en la política:

Las personas luchan contra diversas formas de dominación que padecen en sus vidas cotidianas y no en pos de la realización de ideas abstractas. Las ideas abstractas, aunque importantes para la elaboración de teorías no suscitarán la acción política de las personas ni movilizarán sus energías porque no transmiten la fuerza afectiva indispensable para adquirir poder real. Lo que lleva a la gente a actuar son los afectos y las identificaciones en las que estos se inscriben.

Motivos espontáneos -como la noticia de la represión por parte de la policía montada a las Madres de Plaza de Mayo- empujaron la idea de todos ellos a salir a la calle o interrumpir la jornada laboral para acercarse a la zona céntrica de la Ciudad, junto a experiencias vitales compartidas signadas por el desempleo, la precarización, la pérdida del nivel adquisitivo, convergiendo un rechazo colectivo y consignas en oposición a las políticas neoliberales que exhibían fuertemente su fracaso. Maelström 2001 llega también hasta quienes fueron testigos de la represión del 20 de diciembre, como Martin Galli, el motoquero que recibió un balazo en la cabeza y fue salvado por el Toba -a quien ya nos presentó Pino en La dignidad de los nadies– o Daniel Bullini, salvado por otro motoquero, Gastón Riva, quien luego sería alcanzado por una bala mortal, quedando el registro fotográfico donde Daniel intenta socorrer a Gastón y mantiene su mano sostenida hasta que muere. Una red de afectos se confirman en el proceder en las calles y cuidar a otrxs frente a los ataques. Otrxs que llegaban porque eran parte del mismo descontento, de la misma indignación, del mismo pueblo con la misma demanda: «Que se vayan todos».

IV.

Dentro del corpus de películas sobre 2001, Maelström 2001 acerca una mirada original y actualizada. A la urgencia y denuncia promovidas por lxs documentalistas y videoactivistas que salieron a registrar el calor popular durante las jornadas del 19 y 20 de diciembre -calor de los cuerpos unidos, de las corridas, del fuego, del plomo-, veinte años después este documental retoma la memoria compartida y aborda el cómo. Un cómo que va más allá de la pregunta por la manera en que se llegó a la rebelión popular, una interpretación posible surgida de la distancia temporal que posibilita hacer visible, interrogando nuevos materiales para no solo exponer sino explicar cómo se llevó a cabo la violencia institucional. A partir de abordar la temática de la represión policial y parapolicial en un marco de estado de sitio, la cadena de responsabilidades de los asesinatos -comenzando por el ex Presidente Fernando de la Rua, el ex ministro del Interior Ramón Mestre, el ex secretario de Seguridad Enrique Mathov- y el juicio posterior, la memoria del 2001 no habla en tiempo pasado sino que dialoga con nuestro presente mientras nos invita a poner la atención en los modos en que se desarrolla la violencia. Nos invita también a conocer los nombres de los asesinados, los motivos de la revuelta. Saber más para comprender, para ser conscientes, para que esa violencia no vuelva, para rechazar todo discurso cuya intención sea una bala de plomo.

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