por Belén Paladino Con asombro descubrimos que, ya adultos, no hemos perdido nuestra antigua timidez frente al prójimo. La vida no nos ha ayudado en absoluto a liberarnos de la timidez. Seguimos siendo tímidos. Pero no nos importa; nos parece que hemos conquistado el derecho a ser tímidos. Somos tímidos sin timidez, audazmente tímidos. Tímidamente…