APUNTES SOBRE LA MEMORIA: «SOBRE TODO DE NOCHE» (DE VICTOR IRIARTE, 2023) #38MARDELPLATTAFF

3–4 minutos

por Mercedes Orden

nos hacían esperar horas tramitando la misma respuesta, el mismo:
señora, olvídese; señora, abúrrase, que no hay ninguna novedad.
Pedro Lemebel

En el texto «Como un cálido sol de sombra en el corazón (A Sola Sierra)», Pedro Lemebel describe la lucha de las mujeres que buscaron a sus hijxs en medio de la dictadura militar yendo a diferentes oficinas gubernamentales, obteniendo las mismas respuestas, sin lograr que alguien rompa el pacto de silencio y les entregue información sobre su paradero. Esa historia que Lemebel, con la frescura de su escritura y su pluma cercana, detalla una situación que se ha repetido en cada país donde se llevó a cabo un plan sistemático de exterminio. La vuelta a la democracia en cada uno trazó distintas estrategias para que la oscuridad de esos tiempos no quede impune, sino que la memoria, verdad y justicia se hagan presentes como armas de resistencia frente al negacionismo y olvido. Las ficciones también proponen sus estrategias contra el olvido, así lo hace Victor Iriarte en este film acerca del robo de bebés y la pregunta por la identidad.

En la escena inicial de Sobre todo de noche la mano recorre un mapa. Sigue una línea, busca el modo de mantener una dirección. De un mapa se pasa a otro y así sucesivamente hasta escaparse del papel y unirse a nuevas líneas que lo exceden, hasta encontrarse con otra mano y seguir avanzando sobre la pared por esos trazos que quedan fuera de lo conocido y nombrado. Recorridos que nadie ve, pero mientras la mano avanza, existen. Del mismo modo la narración avanza, buscando su propio itinerario -el de superficie y el subterráneo-, interrogando la ficción, el archivo de la época franquista, buscando los propios trayectos donde objetos y personas confluyen en un relato que, como anuncia la cita de Roberto Bolaño proveniente de Amuleto: «en el fondo es la historia de un crimen atroz».

Un principio al estilo film noir -pronto abandonado para dejarse seducir por otros géneros y experimentar con libertad las potencialidades del lenguaje- presenta a Vera (Lola Dueñas), atravesada por un doble deseo: encontrar a su hijo, dado en adopción cuando era joven, y que cuando intentó saber sobre él, lo dieron por muerto. Por otro lado, el deseo de venganza tras tantos años de luchar por la verdad. La mujer comienza una serie de búsquedas similares a las que describe Lemebel en su texto y que la llevarían a respuestas negativas: le dijeron que nació muerto, pero ella lo oyó llorar; le dijeron que no quedaban registros, que habían sido quemados. Vera lleva adelante su propia investigación poniendo en uso todo lo que le enseñó su trabajo cercano al poder. Comprende y repite una frase hasta convencerse que es el único modo de llegar a destino: «siempre hay alguien que quiere vender algo, siempre hay alguien que quiere comprar algo».

A partir de una serie de cartas leídas en voz alta, Vera logra conectar con Egoz (Manuel Egozkue), su hijo perdido y con Cora (Ana Torrent), la otra madre del joven. Ese intercambio entre lxs tres motoriza una nueva forma de pensar la familia, de recorrer y habitar los espacios, de interpretar una melodía, de encontrar las respuestas que todxs se hacían en silencio, sin poder compartir con nadie sus inquietudes. Preguntas sobre lxs otrxs en un intento por dar con las piezas faltantes de la propia indentidad, con la historia que les arrancaron y que ahora reconstruyen para repensar sus vidas, asimismo ayudar a otras historias similares.

Dividida en cuatro capítulos y rodada en 16 mm, Sobre todo la noche lleva a cabo una propuesta centrada en la materialidad, donde las manos, los mapas, los cabellos, las cartas y los relojes convierten a esta película en una defensa de los objetos en medio de un presente donde todo parece desmaterializarse. Esa atención al detalle que lleva cabo la cámara se establece como una declaración de principios del film donde la observación cercana pareciera que se aferra a ellos, porque, finalmente, los objetos construyen sus propias memorias y también las colectivas.

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