
Este es un documental ficcionado a partir de las actividades reales de un grupo de personas marginadas, alcohólicas y en situación de calle, que transitaban la vida en la avenida Bowery (en aquella época, una zona omitida por el turismo bien pensante de los 50’s).
Además de ser una hermosa historia, filmada magistralmente, me parece profundamente importante, sobre todo por las dificultades que debió atravesar el equipo técnico para lograr tan emocionante film. El rodaje debió interrumpirse continuamente, además de que el tren pasaba sobre la calle, dificultando cada diez minutos la toma de sonido, lxs protagonistas eran encarcelados, e incluso rapados en las comisarías, debiendo aguardar que les crezca de nuevo el cabello para no dañar la continuidad del film).
Rogosin fue un director excepcional, inspirado por el cine estilográfico de Rouch y Flaherty, profundamente comprometido con su comunidad, antifascista e irreverente, pionero que se atrevió a jugar en los bordes del relato documental, creando una realidad fabulosa a partir de las historias de vida de sus personajes.