HABITAR LO DESCONOCIDO: «CHICO VENTANA TAMBIÉN QUISIERA TENER UN SUBMARINO» (2020), DE ÁLEX PIPERNO

por Mercedes Orden

Esa sensación de estar en el mundo comprendiendo que hay tantas otras millones de formas puede resultar liberador o desesperante. Nos hace conscientes que podríamos habitar de un modo distinto, que nuestros destinos podrían ser otros. Chico ventana también quisiera tener un submarino presenta tres historias en tres espacios geográficos distintos: un grupo de trabajadores campesinos descubre una casilla en medio de los pastizales de la selva filipina. Una mujer en Montevideo vuelve a su departamento donde la espera un desconocido. Un joven trabaja en un crucero por la Patagonia y encuentra el modo de evadirse a través de una puerta escondida.

Esa puerta le permite a Álex Piperno plantear una arriesgada ópera prima que piensa el modo de unir diferentes realidades que ocurren en paralelo junto a elementos que escapan a toda lógica racional. Una puerta que funciona como modo de escape, como una posibilidad para quebrar con la vida rutinaria y los paisajes conocidos. Permitiendo que los protagonistas se encuentren, se comprendan. También, como una invitación para que puedan ponerse en el lugar de otros, que sus presentes se mezclen y corran los límites espaciales y socioeconómicos.

Esta co-producción entre Uruguay, Argentina, Brasil,  Holanda y Filipinas, apuesta a una reflexión sobre los mundos posibles apelando a una cuota importante de realismo mágico. De modo que en Filipinas emerge una casilla misteriosa entre los pastizales y el paisaje habitual de un grupo de campesinos que se sienten obligados a cuidar, organizando guardias, sin saber qué es lo que están vigilando, pero comprendiendo su fuerza sobrenatural, la posibilidad de que esa aparición sea obra de los espíritus del monte que los pone a prueba incluso cuando duermen.

En paralelo, el joven marinero hace de la puerta secreta una alternativa para salir por unas horas de un crucero que expone la enorme desigualdad entre los que trabajan y los que disfrutan, teniendo que limpiar la cubierta mientras otros bailan. La puerta le plantea la posibilidad de ir hacia su propio disfrute, donde puede estar tranquilo, sin horarios ni castigos, en un cálido departamento motevideano y pensar, quizás, en un modo de no volver a ese espacio del cual no se siente parte.

Chico ventana también quisiera tener un submarino observa lo que pasa de un lado y otro del barco. Lo misterioso se convierte en una invitación hacia múltiples pasajes, así como también una alternativa para escapar del mundo alienante -sea en la selva o en el crucero-. A la vez, la puerta se presenta como una posibilidad de romper la soledad, de hacer coincidir historias disímiles, de conocer nuevas voces que acompañen en aguas desconocidas, en medio de la búsqueda hacia nuevas aventuras, rostros y escenarios.

Uruguay, Argentina, Brasil, Holanda, Filipinas , 2020
Dirección: Álex Piperno. Fotografía: Manuel Rebella. Edición: Alejo Santos, Karen Akerman, Alex Piperno. Sonido: Lucas Larriera, Pablo Lamar. Arte: Daniela Calcagno. Asistente de dirección: Nicolás Purdía
Reparto: Daniel Quiroga, Inés Bortagaray, Noli Tobol. Casas productoras: La pobladora cine (Uy), Pelícano cine (Ar), Desvia (Br), Baldr (Nl), Cinematográfica (Ph). Producida por: Alex Piperno, Esteban Lucangioli, Araquén Rodríguez,Rachel Ellis, Frank Hoeve, Armi Rae Cacanindin. Distribuye: Santa Cine. Duración: 85 min.

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